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La hipersudoración, también conocida como hiperhidrosis, es un trastorno del sudor que afecta a un porcentaje importante de la población sin distinción de sexo. En circunstancias normales, una persona sólo debería sudar en exceso en aquellas ocasiones en las que el cuerpo lo considere necesario (hacer deporte, altas temperaturas, etc…) pero hay personas cuya transpiración es intensa en cualquier circunstancia. Las causas que originan este problema son diversas y las zonas que se ven más afectadas suelen ser las axilas, las palmas de las manos, las plantas de los pies y la frente.

 

La cara emocional de la hipersudoración

Hay que reconocer que este problema no es sólo un trastorno físico sino que también afecta a la autoestima de la persona que lo padece. En general muchos hombres y mujeres se sienten avergonzados al quitarse la chaqueta en público o huyen de determinados tejidos. Además el mero hecho de dar la mano puede producir estados de ansiedad y estrés, lo que termina afectando la calidad de vida diaria de las personas.

 

¿Cómo se puede tratar la hipersudoración?

Hoy en día hay tratamientos alternativos a la cirugía muy efectivos para corregir el exceso de sudoración. La aplicación de una sustancia en las zonas a tratar consigue interrumpir la hiperactividad de las glándulas sudoríparas.

El tratamiento consiste principalmente realizar infiltraciones en la zona afectada a través de una aguja extremadamente fina que actúa bloqueando las terminaciones nerviosas simpáticas, responsables del estímulo de las glándulas sudoríparas. Es una técnica rápida y eficaz que se realiza en la misma consulta del médico y que una vez finalizado permite al paciente incorporarse a su rutina diaria sin mayor complicación.

Los resultados se irán observando progresivamente en el transcurso de los días siguientes al tratamiento y los efectos tienen una duración de entre cuatro meses a un año dependiendo de la zona y las características particulares de cada caso.

 

¿Qué zonas se pueden tratar?

Antes de comenzar el tratamiento se realiza un examen de valoración y delimitación de la zona a tratar. Esto se realiza mediante el test del yodo-almidón de Minor, que consiste en aplicar una solución yodada y dejar secar. Seguidamente se aplica polvos de almidón de trigo que reacciona con el sudor del paciente tiñendo la zona hiperhidrótica de azul oscuro. Una vez realizado el test se marcan los puntos de inyección y se procede con el tratamiento. No precisa anestesia aunque en personas sensibles puede utilizarse crioanestesia. En la revisión posterior al tratamiento, al mes, se objetiva la reducción del sudor mediante el test del yodo-almidón y se reinyecta si es preciso.

Las zonas principales a tratar con esta técnica son frente, axilas, plantas de los pies y palmas de las manos aunque la forma de tratamiento puede diferir un poco dependiendo de la zona.

 

Contraindicaciones

Es recomendable consultar con el especialista en caso de embarazo, lactancia, uso concomitante de aminoglucósidos, enfermedades neuromusculares o hipersensibilidad a alguno de los componentes del producto.
El tratamiento es sencillo, eficaz y casi indoloro y los resultados son excelentes tanto a nivel físico como a nivel emocional. Se recomienda realizar un mantenimiento anual aunque existe la posibilidad de que en algunos pacientes, con pocas sesiones, la eliminación del exceso de sudoración sea definitiva.

 

Fuentes:
http://www.neodermacentromedico.org/dermatologia/hipersudoracion.html
http://revista.consumer.es/web/es/20040701/salud/69076.php#sthash.hdZvF9qJ.dpuf