Las consecuencias del exceso de sol pueden ser graves. Este es una fuente vital de energía y bienestar, pero una exposición excesiva y sin protección tiene un impacto negativo en tu salud. En este artículo te cuento cómo qué es fotodaño, cuáles son sus signos más comunes y qué medidas tomar para prevenirlo y que luzcas una piel sana y protegida durante todo el año.
¿Qué es el fotodaño?
El fotodaño hace referencia a los cambios que experimenta la piel como resultado de la exposición prolongada y excesiva al sol, particularmente a las radiaciones ultravioleta (UV), si no se utiliza una protección adecuada. Este daño no se limita únicamente a las quemaduras solares visibles de forma inmediata, sino que se acumula con el tiempo. Esto provoca la aparición de signos como el envejecimiento prematuro, manchas, pérdida de firmeza y, en situaciones más graves, el desarrollo de cáncer de piel.
Las consecuencias del exceso de sol en la piel
Las radiaciones UV, sobre todo UVA y UVB, penetran en las capas más superficiales y también en las profundas. Esto da lugar a:
- Aparición de quemaduras solares o eritema. Estas se pueden observar por el enrojecimiento de la piel y dolor e inflamación cuando nos hemos expuesto de manera prolongada.
- Manchas solares o lentigos. Consisten en manchas marrones o negras que aparecen en las zonas expuestas, sobre todo en la cara, el escote y en las manos.
- Arrugas y flacidez prematuras: el sol afecta a las fibras de colágeno y elastina, lo cual provoca que la piel se vuelva más fina, apagada y que se pierda firmeza.
- Queratosis actínicas, consisten en lesiones ásperas y escamosas. Pueden llegar a evolucionar en carcinoma.
- Cáncer de piel, el daño que se acumula año tras año, puede derivar en esta enfermedad. Los tipos más frecuentes son el carcinoma basocelular, el carcinoma epidermoide y el melanoma. Este último es el tipo de cáncer de piel más agresivo.
¿Cómo prevenir estos daños?
Estos daños se pueden prevenir si sigues unas pautas en tu rutina diaria, ¡toma nota!
- Utiliza una protección solar adecuada diariamente con fotoprotectores de amplio espectro. Te aconsejo que sea SPF 30 o superior.
- Repite la aplicación del protector solar cada 2 horas, si te has sumergido en el agua, por ejemplo si vas a la playa, hazlo aunque no haya pasado este tiempo.
- Evita exponerte al sol durante las horas centrales del día, es decir, entre las 12:00 y las 17:00.
- Ponte sombrero o gorra, no olvides las gafas de sol homologadas y que tu ropa sea de tejidos protectores.
- No hagas uso de las cabinas de rayos UVA.
- Hidrata tu piel después de la exposición al sol, esto hará que la sientas calmada y que se repare el daño oxidativo.
- Acude a revisiones dermatológicas periódicas y realiza autoexploraciones mensuales de lunares y manchas nuevas.
Recuerda, el daño solar es acumulativo y silencioso. Lo que no hagas por tu piel hoy, mañana se hará visible. La clave está en la prevención y en seguir estos consejos. Visita a tu dermatólogo y disfruta con precaución del verano sin comprometer la salud de tu piel.