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La dermatitis atópica se caracteriza por presentar sequedad de la piel, la aparición de lesiones de enrojecimiento, así como la descamación en placas junto con un intenso picor. Esta enfermedad afecta el 30% de la población infantil en España y se considera la afección más frecuente en niños.  Suele aparecer en los primeros años de vida, aunque los brotes pueden darse en cualquier edad. De hecho el 10% de la población adulta se ve afectada por esta enfermedad.

¿Cómo afecta el otoño a la piel con dermatitis atópica?

El otoño es una época complicada para las pieles atópica, ya que nos encontramos con contrastes térmicos que resecan la piel, la descaman y la deshidratan. Existen factores externos como la calefacción que afectan mucho a la piel, puesto que la resecan y provocan descamación. Como consecuencia, las células de la piel reciben menos nutrientes, lo que retrasa el recambio celular y produce una acumulación de células muertas.

La piel con dermatitis atópica se siente tirante debido a que las células muertas evitan que la secreción sebácea llegue a la superficie para lubricar y nutrir la epidermis. Como resultado nos encontramos ante una piel seca y sensible que empeoran las molestias de esta enfermedad.

¿Cómo cuidar la piel con dermatitis atópica en otoño?

Sabemos que las bajas temperaturas ocasionan lesiones en la piel que pueden verse agravadas por el uso de productos irritantes como jabones, alérgenos ambientales como el polvo doméstico, o infecciones como el Staphylococcus aureus. Para evitar y prevenir que los síntomas empeoren debemos:

  • Utilizar productos específicos para el cuidado de la dermatitis como cremas emolientes de forma continuada para reducir la sequedad y el picor.
  • Hidratar bien la piel para compensar la pérdida de agua y reponer las grasas que faltan.
  • Llevar una buena higiene, sin abusar de jabones irritantes.