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Los expertos nos indican que las quemaduras en la infancia aumentan el riesgo de melanoma en la edad adulta. Por ello hacen mucho hincapié en la prevención y que se acuda a revisiones periódicas. Un diagnóstico precoz y su tratamiento adecuado es fundamental. Te cuento a continuación sobre los factores de riesgo, los tipos de cáncer de piel que existen y cómo abordar su tratamiento. 

Los principales factores de riesgo

Los especialistas afirman que existen distintos factores de riesgo que inciden en el aumento de las posibilidades de desarrollar cáncer de piel, así:

  • Tener la piel clara, las personas con esta piel cuentan con menos melanina, por lo que tienen menos protección contra la radiación ultravioleta.
  • Tener antecedentes de quemaduras solares.
  • Si algún familiar ha sufrido cáncer de piel.
  • Las quemaduras en la infancia o adolescencia, por exceso de exposición solar.
  • Las quemaduras solares en la edad adulta. 
  • Aquellas personas expuestas excesivamente al sol o que residen en climas cálidos, especialmente si no protegen su piel con protección solar adecuada.
  • Las personas que tienen muchos lunares o lunares atípicos.
  • Aquellos que presentan lesiones precancerosas en la piel, como queratosis actínicas, que son comunes en el rostro, cabeza y manos. 
  • Las personas que tienen un sistema inmunológico debilitado.
  • Los que hayan recibido tratamiento de radiación para afecciones de la piel como eccemas y acné.
  • La exposición a ciertas sustancias como el arsénico.

Los principales tipos de cáncer de piel: carcinoma y melanoma

Existen dos tipos principales de cáncer de piel: el carcinoma y el melanoma. El carcinoma se divide en basocelular y epidermoide, el primero es el más común. 

Según los dermatólogos, la incidencia de cáncer de piel está aumentando en España y en todo el mundo en general. Se estima que el 95% de los tumores cutáneos serán cáncer cutáneo, no melanomas y, el 5% restante, serán melanomas. Señalan también que en 2023, 8.049 españoles serán diagnosticados con melanoma de piel. 

El carcinoma basocelular

Suele aparecer en áreas expuestas al sol y su capacidad de dar metástasis es excepcional. El carcinoma epidermoide es el segundo cáncer de piel más común y suele manifestarse en zonas crónicamente expuestas a la luz solar. 

El melanoma 

Este tipo de cáncer es menos común, pero más agresivo y puede diseminarse a otras partes del cuerpo. Por ello es importante realizar revisiones regulares de la piel, y cuando nos expongamos al sol, hacerlo de forma consciente y controlada. No debemos olvidar que es esencial acudir al dermatólogo al mínimo síntoma, especialmente si contamos con algún antecedente de riesgo. 

Cómo abordar el cáncer de piel

Es importante destacar que el tratamiento del cáncer de piel será distinto dependiendo del tipo y el estadio del cáncer. En general, se emplea un tratamiento quirúrgico para tratar los melanomas, carcinoma escamoso y carcinoma basocelular. Sin embargo, existen otras opciones terapéuticas para algunos tipos de cáncer de piel, como son la terapia fotodinámica para el carcinoma basocelular superficial. También es habitual el empleo de la radioterapia para tratar algunos carcinomas basocelulares y, en casos de melanomas avanzados, se puede requerir inmunoterapia, quimioterapia, radioterapia o fármacos específicos según las características del cáncer y el estado de salud del paciente.

Cuidado con la exposición al sol

Los dermatólogos no dejan de recordarnos que el exceso de radiación solar es la principal causa del cáncer de piel. Sin embargo, todavía hay muchas personas que desconocen que los niños son especialmente sensibles al sol y que las quemaduras en la infancia son uno de los principales factores de riesgo para el melanoma y otros cánceres cutáneos. Por ello es importante que todos, especialmente los niños, se apliquen crema de protección solar de factor alto, de forma abundante y que renueve su aplicación cada dos horas. También hay que repetir su aplicación después de los baños y si se suda en exceso. Además, es recomendable que la crema de protección solar de los niños sea resistente al agua y que se complementen con gorra o sombrero, gafas de sol y ropa que los cubra. Debes tener presente que los niños menores de tres años no deben estar expuestos demasiado tiempo a la radiación solar y deben evitarla entre las 12 y las 16 horas.

En conclusión, es fundamental proteger a los niños del sol para prevenir enfermedades graves en el futuro. Tampoco los adultos deben exponerse de manera prolongada a la radiación solar. Y, sobre todo, a más mínimo indicio o sospecha de que se pueda estar ante la enfermedad, debes acudir a tu dermatólogo.