A menudo, cuando hablamos de manchas en la piel siempre pensamos en esas pigmentaciones marrones causadas por la acción del sol en nuestra epidermis. Pero pueden aparecer también en nuestro rostro pequeñas lesiones rojas, capilares o manchitas (angiomas y cuperosis) que resultan anti-estéticas pero que tienen solución.
Cuando nos referimos a esas pequeñas venitas rojizas producidas por una dilatación de los capilares de la piel (telangectasias) y que muchas veces tienen forma de araña (spiders), estamos hablando de CUPEROSIS. La cuperosis suele aparecer en personas que se enrojecen con los cambios de temperatura, emociones o ingesta de alcohol u otros alimentos. Cuanto más se ruboriza la piel, más se dilatan lo capilares y esto acaba provocando lesiones que se hacen visibles. También existen otros factores que favorecen la cuperosis como el embarazo y las hormonas femeninas. Cuando estas lesiones vienen asociadas con acné se denomina CUPEROSIS-ROSÁCEA y requiere un tratamiento farmacológico asociado.
Otro tipo de manchas que pueden aparecer son los llamados ANGIOMAS . Estos son producto de una acumulación de capilares inmaduros que suelen aparecer en el nacimiento o poco después. Para que nos hagamos una idea, un ejemplo de angioma es esa típica manchas en recién nacidos, de color avinado que puede abarcar varios centímetros y que no suelen desaparecer espontáneamente. Algunas veces estas marcas de nacimiento pueden tener un color rojo más intenso con apariencia de fresa. A estas manchas se las denomina HEMANGIOMAS.
![Fuente: By User:Zeimusu (Own work) [Public domain], via Wikimedia Commons](https://www.huelvaderm.com/wp-content/uploads/2015/06/hemangioma-huelvaderm.jpg)
En personas adultas y debido a causa del envejecimiento pueden aparecer unas pequeñas malformaciones capilares llamadas PUNTOS RUBÍ o ANGIOMAS SENILES.
Afortunadamente, hoy en día existe tratamiento para todos estos tipos de lesiones. Lo ideal es que su dermatólogo determine de qué tipo se trata y le recomiende el tratamiento con tecnología láser que más efectivo sea.
Este tratamiento con láser suele tolerarse muy bien, ya que ni siquiera es necesario aplicar anestesia. Tras la intervención, el paciente puede presentar alguna inflamación o maradura y en raras ocasiones aparecen costras tras el tratamiento. Se recomienda utilizar una crema antibiótica y un antiinflamatorio durante algunos días
Por supuesto, antes de someterse a un tratamiento es importante que que paciente no haya tomado el sol recientemente y evitar la exposición solar durante las siguientes semanas después del tratamiento.
Con una simple sesión, los spiders, los puntos rubí y hemangiomas desaparecen y sólo se necesitan de 2 a 3 sesiones para acabar con la cuperosis. En el caso de los angiomas se puede requerir de 4 a 8 sesiones dependiendo del espesor y la edad del paciente.