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El impétigo es una infección cutánea superficial que normalmente la provocan bacterias como Staphylococcus aureus o Streptococcus pyogenes. Se manifiesta con la formación de ampollas o costras amarillentas y pegajosas, especialmente en zonas donde la piel se ha  irritado o lesionado debido a la picazón intensa causada por la sarna. En el artículo de hoy te cuento en qué consiste esta enfermedad y cómo puede provocar impétigo. 

¿Qué es la sarna y por qué puede provocar impétigo?

La sarna es una enfermedad cutánea provocada por el ácaro Sarcoptes scabiei. Este se adhiere a la epidermis y causa picor intenso. Aunque es bastante molesta y contagiosa, generalmente se puede tratar sin mayores problemas. No obstante, una de las complicaciones más comunes que puede derivar de la sarna es el impétigo, una infección bacteriana de la piel que empeora la situación si se tiene sarna, pero ¿por qué la sarna puede provocar impétigo?, te lo explico.

Causa por la que la sarna puede provocar impétigo

La sarna causa picazón, esto hace que te rasques continuamente la piel, lo que puede acabar dañando su barrera protectora. Si se produce este daño, es más fácil que entren bacterias y, con ello, aumenta el riesgo de sufrir infecciones secundarias. En personas afectadas por sarna, las zonas comprometidas suelen presentar lesiones visibles, como enrojecimiento, hinchazón o costras, que crean un ambiente ideal para las bacterias que causan impétigo.

Síntomas, diagnóstico  y tratamiento

Los síntomas del impétigo suelen comenzar con manchas rojas que luego se convierten en ampollas llenas de pus. Estas se rompen con el tiempo y dejan una costra de color amarillento. Respecto a su diagnóstico, este se basa principalmente en los síntomas y en la revisión del historial del paciente, incluyendo su posible exposición a la sarna. En ciertos casos, los médicos hacen cultivos bacterianos para poder determinar el tipo específico de infección. El tratamiento suele incluir antibióticos, que pueden ser tópicos u orales, según la severidad de la infección. Es fundamental tratarlo a tiempo para evitar su propagación y prevenir posibles complicaciones. Asimismo, es aconsejable seguir el tratamiento adecuado para la sarna con el fin de evitar la aparición de infecciones secundarias.

La prevención 

Para prevenir tanto la sarna como infecciones secundarias como el impétigo, es fundamental mantener una buena higiene. Esto implica lavarse las manos con frecuencia, utilizar ropa y sábanas limpias y, en el caso de la sarna, seguir las recomendaciones médicas para eliminar los ácaros causantes.

El impétigo es una de las complicaciones más frecuentes y graves de la sarna, ya que puede intensificar los síntomas y causar una infección más severa si no se trata de manera adecuada. Detectar los síntomas de forma temprana y  tratar la sarna correctamente es fundamental. Además, se deben mantener unas condiciones higiénicas adecuadas para prevenir mayores complicaciones y cuidar la salud de nuestra piel.