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Según un informe de la SEME (Sociedad Española de Medicina Estética) hay cada vez más jóvenes que deciden someterse a algún tipo de tratamiento médico estético. La edad de los jóvenes que decide someterse a estos tratamientos ha bajado hasta los 26 años, un descenso que viene influenciado si duda por el gran peso que tienen las redes sociales hoy en día.

Como viene siendo habitual también en otras franjas de edad, la mayoría de tratamientos son más demandados por mujeres, aunque sí se ha notado un pequeño pero continuo crecimiento en la demanda por parte del sector masculino.

¿Qué buscan los jóvenes en la medicina estética?

Como sabemos, la medicina estética es capaz de mejorar el aspecto físico sin necesidad de recurrir a una intervención quirúrgica. Son tratamientos relativamente sencillos, con resultados rápidamente visibles y que no requiere baja laboral. Por este motivo, los tratamientos de medicina estética resultan tan atractivos a los jóvenes.

El estudio indica que la tendencia actual entre los jóvenes es buscar la naturalidad. Los primeros coqueteos con la medicina estética comienzan en la adolescencia, motivados por un deseo de mejorar, sobre todo con tratamientos para el acné o la foto depilación.

La edad de los jóvenes que decide someterse a estos tratamientos ha bajado hasta los 26, influenciados por el gran peso que tienen las redes sociales hoy en día.

¿Cuáles son los tratamientos más demandados?

En la actualidad los tratamientos faciales son los preferidos de los jóvenes. Un 56,7 % de los usuarios escogen tratamientos faciales exclusivamente, mientras un 20 por ciento de la población asegura que realiza tratamientos faciales y corporales indistintamente.

Entre todos los tratamientos estos son los más demandados:

  • Rellenos dérmicos, especialmente para el aumento de pómulos y labios.
  • Arrugas dinámicas. Hablamos de una tendencia que consiste en realizar un tratamiento para disminuir o prevenir ciertas patologías antes de que aparezcan. Se busca realizar retoques más discretos y suaves, que no llamen la atención y como una manera de prevención.
  • Tratamientos anticelulíticos.
  • Reducción de grasa corporal.


Lo que sí debemos tener en cuenta es que cualquier tratamiento que se haga a edades tempranas debe ser reversible porque la piel y las facciones van cambiando a lo largo del tiempo. Un producto permanente no evoluciona al igual que lo hace nuestra piel y puede crear una disfunción que provoca que quede un aspecto antiestético.