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Lluvias, nieve, viento y frío son características propias del invierno que ponen a prueba la salud de nuestra piel. Debido a ello queremos compartir con vosotros unos interesantes consejos para que vuestra piel pase la estación invernal protegida, cuidada y saludable.

¿El agua en la ducha? Caliente, pero no demasiado

A pesar de que la temperatura y el clima nos inviten a ello, ducharse con agua excesivamente caliente puede suponer un problema para nuestra piel, sobretodo cuando el efecto que produce es irritación y un posible daño.

Los labios son importantes

Por ello no debemos olvidarnos de cuidarlos a diario, ya que tienen tendencia a resecarse, agrietarse e incluso sangrar. Un buen bálsamo protector aplicado a menudo puede ayudarnos a evitar todos estos males.

Manos y pies se enfrían antes

Esto se debe a un sistema de protección de nuestro organismo que cierra los vasos sanguíneos de las extremidades, evitando así la pérdida de frío de los órganos vitales en temperaturas ambientales muy bajas. Para evitarlo debemos proteger manos y pies del frío y evitar mojarlos con la nieve, o con la lluvia.

La ropa y su tejido

Más allá de las alergias a ciertos materiales que sufren algunas personas, tejidos como el algodón son ideales para nuestra piel debido a sus propiedades transpirables y a su origen natural.

Vigila cortes y heridas

Con el frío nuestra piel se reseca más de lo normal, lo que facilita la aparición de grietas, cortes y heridas con una facilidad mayor que en otras estaciones del año. Por ello vigila bien tu piel, evita que se seque e hidrátala a menudo con cremas y lociones. Evita también costuras en calcetines y ropa interior que puedan provocar rozaduras e irritaciones por el uso.

 

El invierno es una época crítica para nuestra piel ya que se trata de una estación donde las inclemencias temporales tienen gran impactan en nuestro piel. Cuídala para conservar una piel sana y saludable.